Llegó a su casa con un fuerte dolor de cabeza, Clara no había dejado de protagonizar sus pensamientos, lo que había empezado con una distracción, empezaba a volverse en su contra. Después de esa desastrosa cita, no tenía ningún mal pensamiento de Clara a pesar de todas las comparaciones que había hecho, y que solo la habían favorecido.
Todo le estaba saliendo mal, nunca debería haber aceptado una chica en el grupo, siempre había pensado que el perjudicado sería Ángel, y por eso había pensado ponerlo en su contra, lo que solo había fomentado ese encaprichamiento, debería haber pensado que Ángel haría todo lo posible por llevarle la contraría, lo que no le reprochaba después de todo lo que le había hecho. No estaba orgulloso de ello, pero lo consideraba necesario, tenía que tener al grupo controlado, a su merced, sin ninguna distracción y ningún asomo de voluntad. Le había costado mucho, pero por fin tenía a Ángel en sus manos. Debido a su carácter no acataba las reglas, por lo que Tristán se vio obligado a tomar serias represalias: no le dejaría ver a su madre bajo ningún concepto si su comportamiento no era el debido. Cómo último recurso se podría decir que tenía un plan b, solo si era altamente necesario, mandarle solo a combatir, tenía que haber hecho algo realmente grave, pero esas eran las normas, si cedía lo considerarían un líder débil, y desacatarían las normas que tanto esfuerzo le había costado establecer. Podría decirse que su pie de Aquiles era Lucía, le costaba ser firme con ella, le parecía casi imposible, era como su hermana pequeña, se sentía responsable por todo lo que le pasase, había sido duro para él, obligarla a dejarlo todo y que le siguiese a una guerra de la que probablemente ellos no serían el bando ganador.
Por eso no se podía permitir hacer daño a nadie más, todas las personas cercanas a él acababan mal, pero, ¿cómo podía decirle eso a Clara, si ni siquiera el mismo quería apartarse de ella? Había empezado a extrañar cada segundo que pasaba sin ella hasta que la había empezado a necesitar,¿cómo olvidar aquel beso? Era la primera vez que le pasaba eso, a su medallón no le había llegado sangre, y estuvo a punto de calcinarla viva, incluso así quería volver a besarla.
En pocos minutos, tenía una oportunidad de hacerlo, pero sabía que no lo iba a hacer, además de que se tomaba muy enserio sus clases, también quería que solucionase todo con Ángel, a pesar de sus muchas bromas con Clara de su relación con él, en realidad no estaba seguro de nada.
Ángel fue hacia él con paso decidido, dispuesto a aceptar el castigo.
- Ya sabes que no puedes desobedecer las normas, y mucho menos agredir a un superior – Tristán sonrió, parecía que estaban en el ejército – por eso tu “sanción” es combatir este domingo solo, sin ninguna ayuda.
- ¡Eso es imposible!¡Moriré!¡ No puedes hacer eso!
- Si puedo, y lo haré, has desobedecido mis ordenes y me has pegado, he consentido tu estúpido encaprichamiento con Clara, y me lo pagas así, no volveré a cometer el mismo error, buena suerte.
Ángel sabía que era imposible contradecirle, igual que era imposible salir con vida de ese combate, Tristán le estaba mandando a una muerte segura, y él lo sabía.
Tristán se quedo con un mal sabor de boca, sabía lo que pensaban de él, y tenían razones para hacerlo, era duro ser el jefe, solo deseaba poder relegar el cargo a otra persona, ser libre, poder hacer lo que hace la gente normal sin preocuparse a cada segundo por la vida de sus seres queridos, ni pensar que quizás no estaban preparados, quería poder hacer todo eso el solo, sin tener que poner a personas de por medio. Él no era el monstruo que aparentaba ser, muchas veces quería romper esa carcasa que se había formado para no resultar herido, para que le tomarán en serio, por eso había mandado a Ángel a batalla, asegurándose de que tendría refuerzos en caso necesario.
Probablemente Clara eligió el mejor momento para llegar, era difícil estar preocupado, o simplemente pensar en otra cosa que no fuera ella cuando estaba presente.
- Hola, hoy no habéis venido a clase, ¿ha pasado algo?
- ¿Estabas preocupada por mi? Para tu información tenía otras cosas que hacer, ya sabes decisiones que tomar.
- Ya se que tienes una vida súper ocupada, ¿no tienes tiempo tampoco para mi?
- Siempre tengo tiempo para ti – dijo con zalamería.
- Entonces también tendrás tiempo para una pregunta – dijo aprovechando la ocasión - ¿Para qué combatimos con espadas?¿No conocéis una cosa llamada pistola?
- Claro que si, pero nos beneficia a los dos bandos usar espadas, a nosotros porque podemos transferirles poderes, y a ellos porque llevan años preparándose para el combate, pero en cambio nosotros no hemos tenido esa suerte, como tú por ejemplo – dijo señalándola con el dedo - y ahora vamos a empezar, tienes que ponerte las pilas por esa misma razón.
<<Hoy vamos a ejercitar tus nervios, ya sabes que tienes que mantenerte fría ante cualquier situación, por eso voy a intentar desconcentrarte, sabré si has practicado como te dije>>
Tristán tenía tanta cosas que decirle, pero a la vez no encontraba ninguna forma de decírselo, sabía que solo con expresar sus sentimientos la ruborizaría.
Decidió empezar por la teoría:
- Lo primero que harán es engañarte, usarán tretas como que hay un compañero en peligro, será una persona cercana a ti, que estimes mucho - hizo una pausa intentando descifrar su reacción sin éxito – en ese momento dirás que no lo crees, y ellos te dirán, ¿estas dispuesta a correr el riesgo? Pase lo que pase tienes que mantenerte firme, de nada servirá que te preocupes, aunque sea cierto, estarás demasiado ocupada luchando como para ir en su ayuda ¿me oyes?
- Lo dices como si no hubiera esperanza ¿Qué harías si la que estuviera en peligro fuera Lucía? ¿Te quedarías parado sabiendo que podías haber hecho algo?
- Si cada vez que me han dicho eso acudiera a su rescate no estaría aquí.
- Eso no es verdad, nos quieren vivos y lo sabes, si no fuera así ese hombre me hubiera matado sin pensarlo, pero no lo hizo, no se
- Eso no significa que no puedan herirte, hay muchas formas de herir sin matar, y ellos las conocen todas.
- No has rechazado mi teoría – dijo ella triunfante.
- He aprendido a no rechazar nunca un teoría por estúpida que está sea – cansado de la conversación volvió a reanudar sus explicaciones - ¿Qué harías si tuvieran atado a Ángel delante de tus narices y amenazaran con matarlo?
- ¡Intentaría liberarlo!
- Respuesta incorrecta, como bien me dijiste antes no buscan matarnos, nuestro don es muy valioso, y ahora que por fin nos han encontrado no pueden permitirse empezar de nuevo a buscar, probablemente le torturarían de todas las maneras posibles, pero tu debes seguir impertérrita.
- ¿Cómo se puede ser tan insensible? No podría hacerle eso ni a mi peor enemigo, ¿de verdad serías capaz de dejar que me torturaran sin mover ni un dedo?
Tristán calló, por primera vez no tenía respuesta a una pregunta, ¿podría taparse los ojos y dejar que siguiera sufriendo? Siempre había estado seguro de todo, pero por primera vez acababa de encontrar su punto débil, y se llamaba Clara.
- Sí – mintió – y tú también lo harías conmigo, pase lo que pase, la vida propia es más importante que la ajena.
- Me da igual lo que digas, no serias capaz – dijo más bien para sí.
Lo que intento explicarte es que jamás pongas tu vida en peligro por los demás, y menos por mi, no me lo merezco, estar vivo es tener un motivo por el que levantarse cada mañana, tener seres queridos con los que disfrutar día a día, para estar vivo tienes que querer estar vivo, en el fondo yo ya estoy muerto, mi vida no merece ser salvada, no después de las atrocidades que he cometido. Acababa de decir la mentira más grande que había dicho en la vida, pero no podía permitirse que arriesgase su vida por él, porque entonces la vida si dejaría de tener sentido para él, porque el único motivo por el que se levantaba cada mañana era ella, si tenía seres queridos con los que disfrutar el día a día, y era ella y Lucía, y si quería estar vivo, solo por verla sonreír. No podía dejar que muriera, no después de haber conocido el cielo.
ooh, el final de este capítulo es precioso... me dejas con ganas de leer más, como siempre;)
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