Clara se había quedado sola con sus pensamientos. Por una parte quería que la encontraran, tener a alguien con quién consolarse, y por eso había dejado tantas pistas de su paradero, se había molestado en dejar rastro de barro por donde había pasado, buscando que Ángel le dijera la verdad, que le dijese lo importante que era para él, que no era un simple instrumento para sus planes, quería creerle, por otra parte también podía suceder que Ángel pensase que quería estar sola, que no quería compañía en esos momentos. Lo que no se le había ocurrido pensar era que Tristán no era tan considerado.
- No te has molestado mucho en esconderte.
- Pensé que no tenía sentido con unos profesionales del rastreo – mintió.
- No te equivocabas, pero si te equivocas en la opinión que tienes sobre Ángel, y lo siento porque fue mi culpa, no le culpes a Ángel, en ese momento estaba segado por mi ira y cometí una insensatez al decirte eso.
- Pero es verdad, me mintió, me contó toda tu historia sin pararse a pensar si quería que tu hicieras lo mismo con él – dijo olvidándose de que ella le había sonsacado la información prometiendo que nunca lo diría.
- Si yo no le guardo rencor, ¿por qué se lo guardas tú?
- Porque no debería haberlo echo, y me arrepiento de haberlo escuchado – volvió a mentir.
- No, le guardas rencor por no haber confiado en ti para decirte la verdad, y no le debes culpar por ello, para él fue muy duro, y cuando creyó haber dejado atrás su pasado yo lo saqué a relucir.
- ¿Tan duro fue?
- Prefiero que te lo diga él mismo, cuando llegue el momento.
Clara sonrió muy a su pesar, estaba tan distinto… ¿desde cuando era tan… encantador? Se fue acercando hasta sentir su aliento en la cara, estaba como hipnotizada por esos ojos inhumanos, cuando él la acercó hacía sí, con fiereza y los dos se fundieron en un apasionado beso donde dejaron atrás todo, donde solo importaban ellos dos. El calor vino a su cuerpo sintió que se estaba quemando, cada fibra de su ser ardía por dentro, y en ese momento fue cuando Clara se dio cuenta que realmente no quería besarle. ¿Cómo habían llegado a esa situación?
Aferrándose al poco sentido común que le quedaba, intentó apartarlo sin conseguirlo, solo consiguió que la cogiera con más fuerza, asustada intento gritar, y ahí fue cuando Tristán se dio cuenta de lo que acababa de hacer y se apartó con violencia, se había doblegado al poder del fuego.
Clara dio un paso atrás ahora que estaba libre, mirando con nuevos ojos a Tristán, lo que antes le había parecido irresistible ahora ofrecía una cara aterradora, la miraba con fiereza, estaba haciendo un duro esfuerzo por contenerse y no lanzarse sobre ella, nunca le había pasado algo así, normalmente el llevaba el control sobre el fuego que llevaba en el interior, pero con esta chica todo era distinto, una chica normal nunca hubiera encontrado fuerzas para resistir el hipnotizante fragor del fuego, pero había pasado por alto que Clara no era una chica normal.
- Lo siento – logró decir cuando se tranquilizó.
- ¡Por qué no te apartaste!
- No podía, tú no lo entiendes.
- ¡Claro que lo entiendo! Eres un cerdo, no vuelvas a acercarte a mi ¿me oyes?
- Lo siento Clara – dijo casi en un susurro – tienes razón, Ángel es lo mejor para ti, pero nunca olvides que también sientes algo por mi, nunca te olvides.
- Siento asco y odio.
- No te mientas a ti misma, y aunque así fuera y sintieras odio hacía mi, eso solo significaría que te importaría lo suficiente como para odiarme, pero tu lugar está con Ángel no conmigo.
Clara odiaba esa facilidad de tergiversar sus palabras, pero en el fondo sabía que tenía razón, sentía algo por él fuera del odio, solo que aún no sabía qué. No quería enfrentarse a sus sentimientos, quería seguir engañándose y seguir pensando que le odiaba, todo sería más fácil así.
- Hablas como si tuviera la obligación de estar con Ángel,¿y si yo no quiero estar con él?¿Me obligarás?¿Y si quisiera estar contigo?
- No puedes Clara, no te merezco, no soy bueno Clara, lo único que haría es herirte, ¿es qué no lo entiendes? Solo te bese y fui tan amable contigo para tenerte a mi voluntad, y para tener la seguridad de que nunca nos traicionarías, de que nunca confundirías a Ángel entre su deber y su amor, pero he jugado mal mis cartas, te subestimé, pudiste conmigo Clara.
Clara echó a correr entres lágrimas, ¿como podía hacerle tanto daño una persona?
Ojala no se encontrará con nadie, y menos con Ángel, no tenía ganas ni fuerzas de hablar. Al parecer la suerte no estaba de su parte, porque ahí estaba él, corriendo desaforadamente hacia ella.- Clara lo siento, lo siento, lo siento – dijo casi sin resuello, pensando que él era el causante de sus lágrimas.
- No tengo nada que perdonarte, fui una estúpida – dijo con la intención de desembarazarse de él.
- No, tenías razón, eres mi amiga, debería haber confiado en ti, al fin y al cabo, no me puedo quejar comparado con Tristán yo tengo mucha suerte, yo te tengo a ti.
¿Era eso cierto?¿De verdad Tristán no la tenía acorralada entre sus zarpas?¿Por qué la vida era tan difícil? Siempre había pensado que el amor era como un cuento de hadas, donde solo había felicidad, que equivocada estaba, en el amor no había reglas y no se podía elegir, estaba jugando con fuego y se podía quemar. Sonrió por la comparación tan acertada.
Ángel malinterpretó su sonrisa, y se acercó poco a poco, tan sigilosamente que cuando se quiso dar cuenta lo tenía tan cerca, que con un ligero movimiento podía besarle. Azorada dio un paso atrás, no era justo para Ángel besarla cuando sus pensamientos iban hacía Tristán, estaba decidida a mantener las distancias hasta que supiera a ciencia cierta que era lo que sentía por él,¿su amor por él iba más allá de la amistad?
Ángel no se podía creer que hubiera cometido tal insensatez, debería haberse dado cuenta que sus sentimientos hacía él no iban más allá de la amistad, pero no podía dejar de pensar como había trastocado su mundo en tan poco tiempo, y deseo con todas sus fuerzas poder cambiar el suyo.
Y Tristán por su parte, estaba dolido por haberla dejado marchar de esa forma tan rastrera, pero lo que verdaderamente le dolía era que todo lo que le había dicho era verdad, y ahora Dios le pagaba con la misma moneda, había querido engatusar a Clara con sus encantos, y él había sido el perjudicado, ¿por qué no había parado cuando aún estaba a tiempo?

creo que me declaro fan de Tristán, me encanta su forma de ser:)
ResponderEliminarjajja grax espero k siga siga siendo asi jejej
ResponderEliminarme fascina ese beso!!!!y adoro a tristan!!! =D claro k angel no se keda muy atras sigue asi!
ResponderEliminarjajaja gracias aunk si t dijo la verdad a mi tb m gusta más Tristán Ángel es demaciado buenaso
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